El manual de urbanidad del señor Li
Ahora que la cuenta regresiva para los próximos juegos olímpicos prácticamente llega a su fin, quizás no venga mal conocer algunas normas de educación al momento de tratar con los habitantes del país anfitrión. Aunque los chinos son bastantes más relajados que sus vecinos coreanos y japoneses respecto de las normas de urbanidad, eso no significa que no presten especial atención a este aspecto. En realidad, presumen la total ignorancia de su invitado occidental respecto de las pequeñas delicadezas que se deben tener presente en las reuniones sociales. Para presentarse es imprescindible entregar y recibir con las dos manos una tarjeta de presentación, sin quitar la vista de ella. Evitar el contacto físico, incluso estrechar las manos al saludarse, sobre todo con el sexo opuesto. Por ningún motivo sonarse mientras se está comiendo, aún cuando la comida sea excesivamente picante y las lágrimas y “demases” no se puedan controlar. Al entrar a una casa, quitarse los zapatos. No extrañarse si el interlocutor conversa evitando el contacto visual, más que expresar sinceridad y seguridad, se incomoda al otro. Evitar las respuestas absolutas, eliminando el “no” del vocabulario, siempre es preferible dejarle una salida al interlocutor. Nunca llegar tarde. Agradecer cuando le sirvan té o alcohol golpeando la mesa suavemente cerca del vaso con el dedo índice y medio. Si se recibe algún regalo no abrirlo en el acto, agradecerlo y dejar la sorpresa para cuando la otra persona se haya ido. Al momento de pagar la cena, aunque se pierda, luchar vistosamente por ser uno quien pague. Cuando se haga un brindis, intentar poner el vaso más bajo que el de los demás. Si no disfruta del alcohol, intentar al menos tomarse un par de vasos y, en lo posible al seco, así evitará que sientan desconfianza. En general, siempre intentar que la otra persona perciba que uno hace grandes esfuerzos por agradarlo, incluso hasta en los detalles más mínimos. Y nunca, nunca llegar tarde.
1 comentario
Sebastian Jimenez -
Obviamente igual uno come lo que le den, pero nos desquitamos cuando van a nuestro país (en mi caso chile), que los hacemos tomar pisco sour y piscola después hasta que están mal. Es una por una dicen por ahí, pero en relación a tu comentario, creo que estas un poco en los extremos. Cada uno trata de hacer sentir al otro de la mejor manera posible, por eso lo normal en relaciones de empresas, es que los ejecutivos hagan sentir en su casa a sus invitados y no los invitados ser uno mas de la casa. Slds, me gusto tu blog. Sebastian J.