Salvado por el TLC
Hasta ahora no había tenido la oportunidad de experimentar en carne propia los efectos de los tratados comerciales firmados por Chile. Como muchos otros compatriotas he visto cómo uno tras otros van firmándose nuevos acuerdos, pero nunca me había tocado pasar por una experiencia en que algunos de ellos me beneficiara personalmente.
De acuerdo a las regulaciones chinas, todo extranjero que llega a territorio chino, tiene un plazo de 24 horas para registrarse en el departamento de policía más cercano al domicilio en que se hospedará. Da lo mismo si la estancia es por un corto o largo periodo. Hace unos días, mientras buscaba departamento para arrendar, decidí aceptar el ofrecimiento de un amigo para quedarme en su casa mientras buscaba. Olvidé lo del registro, hasta que un día volviendo de mi búsqueda fui detenido por la policía para preguntarme si me había registrado, rutina a la que uno ya está habituado. Asustado intenté decir mil excusas posibles, pero finalmente tuve que reconocer que había olvidado aquel registro. Como no estoy acostumbrado a estas cosas, era fácil olvidarlo. Le expliqué que en mi país no se acostumbra hacer este trámite, a lo que el policía aún molesto me indicó que todo era por la seguridad de los próximos Juegos Olímpicos. Me pidió que le trajera mi pasaporte, y que me preparara porque la multa era de 500 Yuanes, unos 35 mil pesos. Al llegar con mi pasaporte el policía no sé cómo descifró República de Chile, ya que todo este proceso era en chino, lo que provocó un inmediato cambio de expresión, añadiendo: “O! yi ge Zhili pengyou” (Oh! Un amigo chileno), para continuar exponiéndome las buenas y largas relaciones que su país tenía con el nuestro, y demostrarme los conocimientos que tenía al respecto, incluido la firma del tratado de libre comercio. Luego de darme un sermón por mi descuido, me dijo que dado a la amistad entre nuestros dos países, esta vez me perdonaba, para luego continuar conversando sobre Chile y los beneficios que el tratado traería.
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RUBI -