Blogia
Nanshan

Qué hacer?

Qué hacer?

Finalizaron los JJ.OO. y los Paralímpicos en Beijing y la vida en el gigante asiático continúa. Los desafíos que debe enfrentar siguen incólumes y el tranco que se ha impuesto no deja respiro. En momentos que la economía mundial se encuentra agitada por la crisis crediticia, China se topa con una gran disyuntiva. La dupla Hu Jintao y Wen Jiabao vivirá por primera vez una dura prueba en el camino hacia la ansiada Armonía. El sello que distingue el actual gobierno al de su antecesor, Jiang Zemin, es el fin del pragmatismo económico, dotando la veloz reposición de este país en la primera división de la economía mundial de un tono más social. Lograr la estabilidad social es el norte, ya que es visto como el único medio para alcanzar la ansiada meta. Los graves problemas que aquejan los mercados internacionales golpean a los más pobres y, en el caso chino, son los campesinos; 700 millones de personas. Masas interminables de personas emprende a diario un largo peregrinar desde la China profunda rumbo a las grandes ciudades en busca de un futuro mejor. Son el verdadero motor del despertar de esta nación, sin embargo, son quienes menos se han beneficiado de la bonanza. La escala del desplazamiento de la población rural a alguna de las 655 ciudades es algo sin parangón a nivel mundial. Esa población flotante alcanza hoy los 150 millones. Es este sector de la población el que puede comenzar a percibir que no destilan maná los muros de Zhongnanhai, la suntuosa sede del gobierno central. La concentración de la renta y desequilibrio en desarrollo interregional podrían llegar a afectar seriamente la ansiada estabilidad. Algunos ven las actuales estructuras de empleo, salarios, salud, prevención social, educación y corrupción como factores multiplicadores de la desigualdad entre el campo y las ciudades. Sin embargo, los logros que ha conseguido el dragón asiático son irrefutables y los tropiezos son menores que el camino avanzado.

0 comentarios